martes, 30 de marzo de 2010

¿ Será Lehman el "Enron" de Ernest & Young ?

Ernst & Young puede estar pasando por uno de los momentos más delicados desde su creación en 1989. La quiebra en 2008 del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers, al que la firma auditaba, está siendo investigada por las autoridades estadounidenses y británicas. La firma tendrá que hacer frente a un interrogatorio del organismo británico de control de la industria sobre cómo reflejó las transacciones realizadas por Lehman para mejorar la presentación de su balance. La firma, una de las Cuatro Grandes auditoras (junto con PwC, Deloitte y KPMG), fue criticada con dureza la semana pasada por Anton Valukas, el encargado por los organismos estadounidenses para analizar el “caso Lehman”.

El informe realizado por Valukas denunciaba las prácticas contables en el banco y las operaciones de maquillaje de los balances, o Repo 105, para reducir la deuda de las cuentas anuales y distorsionar los ratios de apalancamiento. Por ello, concluía que el informe de E&Y no cumplía con las normas profesionales exigidas.

La autoridades financieras anunciaron el lunes que están “analizando los hechos” y que “Hemos pedido a Ernst & Young que aporte más datos en relación a lo sucedido en Reino Unido”. La petición no es una investigación formal, y la firma anunció de inmediato que “cooperará plenamente con todas las partes competentes en este caso”.

En 2008, el banco ejecutaba transacciones por valor de cerca de 50.000 millones de dólares cada final de trimestre y, gracias a una anomalía legal, la mayoría de ellas se efectuaban a través de su filial europea en Londres.

Sin embargo, el informe no aclara todas las cuestiones, ya que no despeja las dudas sobre los criterios contables que debiera haber utilizado para sus operaciones británicas. En la actualidad la gran mayoría de las compañías cotizadas del Reino Unido realizan sus cuentas anuales en base a los criterios internacionales de contabilidad, sin embargo, la mayoría de sus filiales aún no han adoptado el nuevo sistema y siguen usando las antiguas normas británicas.Este resulta el primer caso de magnitud en el que las grandes firmas del sector de la auditoria se ven salpicadas desde que comenzó la crisis financiera internacional, aunque probablemente no será el único episodio de este tipo en los próximos años. Desde comienzos de la crisis, las grandes firmas del sector habían escapado a la crítica y al análisis de la calidad de sus informes, a diferencia de las agencias de “Rating”.

Este caso guarda ciertas similitudes con el “Caso Enron” del año 2001. Si bien es verdad que el fondo del caso no es el mismo, el efecto que este pudiera tener sobre el prestigio de la firma de auditoría Ernst & Young podría ser decisivo para su futuro inmediato, al igual que lo fue para Arthur Andersen el episodio ocurrido en 2001.

Desde el punto de vista de su credibilidad, será fundamental la postura que adopte la firma durante la investigación del caso. Todo parece indicar que colaborará en ella ( o eso se desprende de sus manifestaciones públicas) a diferencia de la posición que adoptó Arthur Andersen en 2001, motivo por el que fué acusada de obstrucción a la justicia y que aceleró su disolución.

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